Una montaña de hielos bajo el sol
- Su gran invento produce 2.000 cubitos por minuto
- Hicosol 300.000 kilos de hielo al día
Han pasado casi veinte años desde que comenzase a ver la luz la primera gran fábrica de hielo situada en el puerto de Málaga. Por aquel entonces la producción estaba enfocada al suministro de barcos y las técnicas eran más rudimentarias.
Mucho ha llovido desde entonces y es que, ahora esa pequeña sociedad emprendedora ha mudado la piel hasta dejar paso a la renovación de COMERCIALIZACIÓN DE HIELO Y CONGELADOS, SL (Hicosol), la mayor productora de hielo de la península.
Manuel Bustos, presidente de Hicosol
Manuel Bustos, presidente de la compañía, se hizo en 2002 con la totalidad de esa sociedad iniciada en 1988, cuyo 50% pertenecía a su padre y, desde entonces, no ha dejado de innovar sin miedo de empujar a aquellos, más rezagados en el camino del cambio, a la modernización. Algo que le ha hecho desmarcarse de sus competidores.
Un trabajo diario que ha dado vida al gigante de hielo que fabrica 300.000 kilos al día. De éstos, 100.000 kilos son en escamas que se hacen en la instalación del puerto y 200.000 kilos de cubitos fabricados en El Viso, creadas en 2008.
Una empresa con un mercado muy diversificado ya que, directa o indirectamente, su producto está presente en casi todas las cadenas de supermercados, enclaves del sector hostelero, puntos comerciales pesqueros como son Mercamálaga, Mercagranda, los puertos de Motril, Almería… y un largo etcétera que se sustenta en la contratación de unos treinta distribuidores diferentes.
Son únicos en el mundo porque no hay otra empresa que fabrique cubito prensado. Una técnica de producción más rápida y barata. Con esta idea en la cabeza, Manuel Bustos hizo posible el sueño a través de la creación de una máquina que fabrica 2.000 cubitos por minuto.
«La primera idea que salió hubo que tirarla a la basura» pero «hemos probado y reinventado hasta llegar a la idea definitiva», puntualiza este empresario, el mismo que invirtió 250.000 euros en esta primeriza máquina que, al final, ha resultado ser una idea de oro.
Para hacer posible esta nueva producción de hielo la familia Bustos invirtió 3,6 millones de euros en las dos fábricas. «Con El Viso estaba preocupado porque era una cosa totalmente nueva», «apostamos por un hielo diferente y todo el mundo nos decía que estábamos ‘chalados’ y ahora fíjate», recuerda este emprendedor malagueño.
Y «dimos con la tecla «, asegura el director de Hicosol sentado en la mesa de su despacho desde donde se puede contemplar una vista de la ciudad magnífica acompañada de los pocos barcos pesqueros que quedan amarrados en el puerto.
Un recorrido lleno de cambios
Bustos recuerda cuando terminó el convenio de pesca con Marruecos y los grandes barcos de pesca comenzaron a brillar por su ausencia. «Hemos ido creciendo por otro lado, continuamente buscando nuevos mercados e inversores y, en definitiva, renovándonos para llegar a ser el número uno», afirma.
Todo parece indicar que lo han conseguido ya que, según datos de la empresa, su producción percibe una crecida anual del 25%. Y precisamente entre 2008 y 2009, justo cuando tuvieron lista su ‘arma de cubitos’, las ventas de la empresa experimentaron un crecimiento del 46,88%.
Ahora, Manuel Bustos asegura que las fábricas se han quedado pequeñas y por ello está pensando trasladar su ‘imperio de hielo ‘hasta Antequera y juntar allí las dos fábricas en una, dejando las instalaciones de la capital malagueña como almacenes.
«Antequera es el centro de Andalucía, una buena baza en el tema de la logística de los camiones, y eso la hace muy interesante», confiesa este innovador empresario que ve esta posibilidad de traslado muy próxima en el futuro.
«Te levantas todos los días a trabajar, a adaptarte al mercado y, concretamente, la industria del hielo es muy competitiva, aunque hay empresas que no han evolucionado, no han cambiado las máquinas», sentencia este emprendedor. Renovarse o morir, esa es la filosofía.
Hicosol siempre está intentando innovar. Su último lanzamiento son las bolsas de dos kilos de escamas para cócteles. La empresa acaba de firmar un acuerdo con Mercadona de tal forma que el producto ya se puede encontrar en 15 de sus establecimientos de Málaga y, en los próximos días, se expandirá por Andalucía.
Por el momento, la empresa no ha cruzado las fronteras pero no descartan expandirse al mercado internacional y en este posible periplo se meditan destinos como Portugal o Marruecos. Bustos tiene plena confianza en que sus cubitos «pueden llegar a cualquier parte».
Desafío constante de innovación y crecimiento
Fueron los primeros en hacer sacos de escamas pulverizables y, poco a poco, han ido mejorando la producción. Hicosol es un negocio y, como bien dice su presidente, éste requiere de un esfuerzo personal y por ello mantiene la convicción de que «todos los días te puedes equivocar «.
El día a día de este empresario se organiza en torno a los negocios, trabajando todos y cada uno de ellos, saltando problemas, averías, dándose prisa en procurar el arreglo, las mejoras en la maquinación, invirtiendo en las instalaciones… Un desafío constante por llegar a lo mejor. y es «el que no hace nada…», asiente Bustos sin terminar la frase.
Calidad, precio, formalidad, seriedad, servicio, son algunas de las cualidades que el presidente ve en su empresa porque, como él mismo afirma, «cumplimos siempre con lo pactado». Son muchos los controles de calidad que deben pasar y esto «te aprieta, pero te hace ser más competitivo», subraya.
Se respira buen ambiente empresarial, «intento que seamos como una familia, hemos formado un gran equipo que cuando es necesario da la cara por la empresa», cuenta Bustos quien recuerda con pesadumbre a los trabajadores que han debido irse por motivos de diversa índole.
No son muchos, unos quince empleados en invierno y casi treinta en verano, aunque la producción es imparable gracias un sistema de envasado automático que empaqueta 170 palés de cubitos y entre 60 y 70 palés de escamas al día.
Todo está pensado para sacar adelante una producción que les hace mantenerse como los reyes del sector no solo por la cantidad sino por su sello personal de calidad en innovación que les hace arriesgar hasta llegar a construir alto sobre unos cimientos puestos a conciencia.